Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

RIDE THE LIGHTNING
Metallica

Nace Harold P. Brown, inventor de la silla eléctrica (1869)

En verano de 1890, William Kemmler, un vendedor ambulante de verduras de Nueva York hijo de inmigrantes alemanes, se convirtió en el primer condenado a muerte ejecutado en la silla eléctrica. Había sido declarado culpable del asesinato de su amante, a la que habría abierto la cabeza con un hacha, y el juez encargado de dictar sentencia dictaminó que aquel sería el método con el que le quitarían la vida. El novedoso artefacto letal había sido inventado por Harold P. Brown, un ingeniero de Wisconsin y antiguo empleado de Thomas Alva Edison, que lo diseñó a partir de un sillón de dentista al que se le aplicaban unos dispositivos que descargaban corrientes eléctricas.

Kemmler entró en la sala de ejecución a las seis y media de la mañana y, tras ser presentado a los 17 testigos, el alguacil lo sentó en la silla, le tapó la cara y le colocó el sistema metálico sobre la coronilla de la cabeza acabada de afeitar. La primera tentativa de electrocución fue un fracaso: el condenado sufrió convulsiones durante 17 agónicos segundos, al final de los cuales aún seguía vivo. Inmediatamente se aumentó el voltaje pero el generador necesitaba tiempo para cargarse de nuevo y durante ese intervalo cuentan que se pudo oír a Kemmler aullando de dolor. La segunda descarga eléctrica que le aplicaron se prolongó más de un minuto en una escena que los presentes describieron como espantosa, con un tremendo olor a carne quemada y una espesa humareda saliendo de su cabeza.

En los meses siguientes, el sistema se fue perfeccionando y en poco tiempo la silla eléctrica se convirtió en el método de ejecución más generalizado en Estados Unidos hasta la década de los cincuenta. Aún así, sigue siendo legal en varios estados americanos, en los que se da al condenado la opción de elegir entre la inyección letal y la electrocución, aunque son pocos los que eligen esta segunda alternativa. La vigencia del método sin embargo ha suscitado diferentes protestas y manifestaciones en contra de su utilización por parte de distintos colectivos. Es el caso de Metallica, que en 1984 eligió la imagen de una silla eléctrica rodeada de relámpagos simulando sus descargas como elemento central de la portada de uno de sus trabajos más emblemáticos: Ride the Lightning. Éste era el segundo disco de la banda californiana, que tras el éxito conseguido con Kill ‘Em All, entraba en los estudios Sweet Silence de Copenhague. De allí salieron con el que para muchos es uno de los mejores álbumes de metal de todos los tiempos.

Con la imagen que presidía la carátula, James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Cliff Burton hacían una clara referencia a la temática que aborda el tema que da nombre al disco. Y es que Ride the Lightning relata los momentos finales de un condenado a morir en la silla eléctrica. El tema fue escrito por Dave Mustaine (fundador y principal compositor de Megadeth y que anteriormente había sido guitarrista de Metallica) a partir de una propuesta de Kirk Hammet. Cuentan que el guitarrista estaba leyendo The Stand de Stephen King y le llamó la atención un pasaje donde un sentenciado a muerte decía que quería “cabalgar como un rayo”. Hammet pensó que esta expresión podía ser un buen título para una canción y con la ayuda de Mustaine esa referencia literaria se convirtió en el el eje central no solo de un tema sino de todo un álbum.

Ride The Lightning es un claro alegato contra la pena de muerte, con versos donde la banda deja claro que para ellos nadie merece la muerte, sean cuales sean las circunstancias del mal que haya cometido. «Who made you God to say I ll take your life from you?» (¿Quién te convirtió en Dios para decir yo te sacaré la vida?) cantan en una de las frases más polémicas de la canción. El resto de los versos, acompañados del sonido de guitarras distorsionadas, envuelven a quien los escucha en el sentimiento de angustia y pánico que siente el protagonista justo antes de ser electrocutado. Los gritos que Ulrich grabó después de la frase «I don’t want to die» (No quiero morir) que canta Hetfield en la parte central de la canción terminaron de darle dramatismo a la escena que describe Ride The Lightning y que la ha convertido en uno de los grandes clásicos de Metallica.

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