Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

AIN’T NO SUNSHINE
Bill Withers

Se estrena la película 'Days of wine & roses' (1963)

Un año después del éxito de Breakfast at Tiffany’s, el director de cine norteamericano Blake Edwards volvía a triunfar en la gala de los Oscar con Days of wine and roses, una película sobre una matrimonio que se ve arrastrado por los problemas con la bebida. Protagonizada por Jack Lemmon y Lee Remick, la cinta fue una de las grandes premiadas en la ceremonia celebrada en 1963 el Santa Monica Auditorium, y tanto los dos actores principales como la pareja musical formada por Henry Mancini y Johnny Mercer, autores de la canción principal del largometraje, fueron galardonados con la estatuilla.

Esta historia de amor bañada en alcohol fue precisamente la que inspiró una de las grandes canciones del soul: Ain’t no Sunshine. Bill Withers explicó en una entrevista que la alternancia entre los momentos de fortaleza y debilidad que presentaban los dos personajes alcohólicos interpretados por Lemmon y Remick en este film fue la chispa a partir de la cual escribió el tema. Corría el año 1971 y este joven que había crecido en una familia de origen humilde en un pueblo minero de West Virginia intentando superar su tartamudez escribiendo e interpretando canciones se disponía a probar suerte profesionalmente en el mundo de la música.

Después de pasar nueve años en la Marina de los Estados Unidos, Bill Withers se trasladó a Los Ángeles donde, mientras se movía para encontrar a alguien que le diera una oportunidad, encontró trabajo de mecánico en una fábrica de repuestos de aviones. En la inmensidad de la ciudad californiana, Withers finalmente consiguió entrar en contacto con algunos músicos que habían trabajado con leyendas como Otis Redding o Wilson Pickett y consiguió grabar su primer álbum, un trabajo que tituló con un honesto Just as I am. Consciente de las dificultades que entrañaba intentar triunfar en el ámbito artístico, durante la grabación del álbum Withers continuó yendo cada día a la fábrica y, de hecho, en la foto de portada del disco aparece sin ningún tipo de artificio, vestido con ropa de trabajo y llevando la fiambrera donde llevaba la comida.

Ain’t no Sunshine fue el single con el que abrió este trabajo de debut y el tema que catapultaría a Bill Withers a la fama como una de las figuras clave del soul. Los productores de la discográfica no acababan de ver que una canción sin estribillo pudiera llegar a tener éxito. Pero el músico los convenció de que se fiaran de su intuición y finalmente el tema se grabó tal y como él lo había compuesto, incluidas las 26 veces que en los versos centrales se repite la expresión «I Know» (ya lo sé). Withers la había escrito a la espera de encontrar las palabras adecuadas para sustituirlas, pero cuando en el estudio le propusieron que las dejara tal cual las tenía, cambió de idea y las mantuvo. Curiosamente, este detalle reiterado acabaría siendo uno de los elementos identificativos del tema y la singularidad que lo convertiría en todo un clásico.

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