Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

SEVEN NATION ARMY
The White Stripes

Italia gana el Mundial de Alemania (2006)

Cuando Jack White compuso Seven Nation Army poco imaginaba que este tema surgido de un malentendido de su infancia acabaría convirtiéndose en uno de los himnos futbolísticos más coreados. El líder de The White Stripes cogió el título de la canción de cómo se refería él cuando era pequeño a The Salvation Army, la entidad de beneficencia social privada fundada en Londres a finales del S.XIX. Y con un riff muy acertado eligió esta canción para abrir Elephant, el cuarto álbum de estudio de su banda. Seven Nation Army fue reconocida como la mejor canción del año en los premios Grammy de 2004 pero tuvo un segundo momento de éxito años más tarde cuando, a penaltis y contra todo pronóstico, Italia ganó el Mundial de Alemania contra la selección francesa.

La relación de Seven Nation Army con el fútbol empezó sin embargo un poco antes del Mundial del 2006. La primera afición que la incorporó a sus cánticos fue la del Club Brugge en un partido de Champions contra el Milan. La habían escuchado en un bar justo antes de entrar en San Siro y cuando aquella noche su modesto equipo derrotó al poderoso once de Carlo Ancelotti por un gol a cero celebraron aquella victoria inesperada coreando el riff de aquella canción. Los belgas volvieron a casa con la satisfacción de haber ganado el partido y con un nuevo himno bajo el brazo, que desde ese día fue arraigando entre su afición.

Tres años más tarde, en febrero de 2006, la Roma se desplazó hasta el estadio Jan Breydel para disputar los octavos de final de la UEFA y a Francesco Totti, su capitán, le gustó mucho cómo sonaba la melodía que cantaban en las gradas. Totti reconoció que no sabía que era un tema de The White Stripes pero volvió a Italia sin poder quitarse de la cabeza aquel «po po po po po poo pooo» que coreaba la afición belga y el resto de la temporada convirtió aquellas notas en su himno particular. Cuando aquel verano la selección azzurra sorprendió a todos ganando el mundial en el Estadio Olímpico de Berlín, las calles de las principales ciudades italianas se llenaron de patriotas futboleros celebrando el título a ritmo de Seven Nation Army. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y desde el otro lado del Atlántico llegaron a un Jack White que, gratamente sorprendido, vio como su canción se convertía en todo un himno deportivo muy popular.

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