Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

ONE TOO MANY MORNINGS
Bob Dylan

Muere Steve Jobs (2011)

El 5 de octubre de 2011 moría Steve Jobs. El fundador de una de las marcas más relevantes del último medio siglo perdía una larga batalla contra el cáncer y dejaba huérfana a Apple y a todo un mundo creado a partir de su espíritu emprendedor, su conocimiento tecnológico y su pasión por el diseño. Pero Jobs no fue tan sólo uno de los empresarios más exitosos de su tiempo. Su personalidad y sus discursos tenían un efecto inspirador entre los que le rodeaban, un elemento que, junto con su éxito profesional, ha convertido su figura en una de las más influyentes de las últimas décadas.

La vida de Steve Jobs giraba alrededor de su pasión por la tecnología y el afán por hacerla atractiva para el gran público. Pero cuando no estaba removiendo ordenadores, a Jobs le gustaba abstraerse y buscar su propia fuente de inspiración en la música, y especialmente escuchando los grandes clásicos del rock, el jazz y el folk de los años sesenta y setenta. Su iPod, el dispositivo que él mismo creó el otoño de 2001, estaba lleno de discos de Bob Dylan, The Beatles y The Rolling Stones, así como de una buena selección de temas de Janis Joplin, BBKing, Aretha Franklin, Buddy Holly, Jimi Hendrix, Johnny Cash o Simon & Garfunkel. Todos ellos eran artistas muy admirados por Steve Jobs pero con diferencia su preferido siempre fue Bob Dylan.

Jobs era un gran admirador de la música del cantautor y con el tiempo consiguió conocerle y establecer con él una relación bastante estrecha. Tanto, que en un concierto que Dylan ofreció en Palo Alto en 2004 le dedicó su canción favorita: One Too Many Mornings. Al fundador de Apple aquel detalle le animó a desarrollar un ambicioso proyecto: hacer que todas canciones de Bob Dylan se pudieran comprar en iTunes, su tienda de música online.

Steve Jobs planteó la comercialización de los 700 temas de Dylan por un total de 199 dólares, una cifra que a la discográfica del cantante le pareció totalmente insuficiente. La propuesta desencadenó un pulso por los derechos de explotación digital de la música del cantautor. Los directivos de Sony llegaron a ofrecer un millón de dólares a Dylan a cambio de que no negociara con Apple, pero la tenacidad y la creatividad del creador de iTunes hizo que finalmente en 2006 lograra ganar la partida. Jobs le envió a Dylan un iPod con todos sus temas y le enseñó a su agente todas el tipo de campaña de marketing que podía desplegar dentro de su plataforma online. Las tentadoras posibilidades que ofrecía aquel nuevo sistema de venta de música fueron definitivas y al cabo de unos meses se emitía un spot protagonizado por Bob Dylan donde se anunciaba el paquete digital de sus canciones al precio que Jobs había fijado un par de años antes.

La canción favorita de Steve Jobs interpretada en directo por Bob Dylan con dedicatoria incluida había sido la chispa que había encendido las ganas del fundador de Apple de comercializar la música de su ídolo a través de su plataforma digital. El cantautor había lanzado One Too Many Mornings en 1963 dentro de su álbum The Times They are A-Changin’. El presagio de tiempos cambiantes que promulgaba Dylan con título de aquel disco se materializaba en el negocio musical cuarenta años más tarde a través de una de las creaciones de Jobs. Se cerraba así un círculo que conectaría para siempre a estos dos grandes personajes.

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