Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

MERCEDES BENZ
Janis Joplin

Nace el diplomàtico austríaco Emil Jellinek (1853)

Emil Jellinek fue un miembro del cuerpo diplomático austriaco que tuvo dos grandes pasiones: su hija Mercedes y las carreras de coches. Era tal la devoción que sentía por ambas que en 1900 encargó a la empresa Daimler Motoren Gesellschaft que le fabricaran una flota de 36 vehíclos con una única condición: que los modelos se bautizaran como Daimler-Mercedes. A los pocos años, el nombre de Mercedes cogió tanta fuerza en el emergente sector del automóvil que, cuando en 1926 Daimler y Benz firmaron el acuerdo que les convertiría en una de las empresas más potentes del sector, decidieron que Mercedes-Benz sería el nombre con el que comercializarían sus modelos. Casi medio siglo más tarde, fue precisamente esta marca la que Janis Joplin eligió como protagonista de una de sus canciones más especiales. La escribió con la idea de hacer una crítica social sobre el consumismo y la presentó a los músicos de su banda en uno de los últimos días de grabación del álbum Pearl.

Era el primero de octubre de 1970 y la cantante tejana había estado todo el verano en el Sunset Sound Recorders de Los Ángeles grabando con los Full Tilt Boogie Band lo que sería su cuarto trabajo de estudio. El disco estaba prácticamente terminado. Sólo faltaba alguna línea de voz y una versión de Happy Trails que Janis Joplin pensaba regalar a John Lennon por su trigésimo aniversario. Cuando terminaron con el trabajo que tenían previsto para esa jornada, ella se acercó al micrófono y pidió al productor que pusiera una nueva cinta de grabación. A continuación, y con el reproductor ya en marcha, anunció que tenía un nuevo tema para añadir: «Id like to do a song of great social and poetical import. It goes like this…” (Me gustaría hacer una canción de gran importancia social i poética. Dice así…. «) y un par de segundos más tarde, con su voz rota y en una sola toma, cantó Mercedes Benz.

Durante los dos días siguientes estuvieron repasando los temas que ya tenían grabados. Y el 3 de octubre salieron del estudio con la idea de hacer al día siguiente el par de cosas que quedaban por cerrar: poner la voz a Buried Alive in the Blues y grabar la música de Mercedes Benz. Pero nada de esto fue posible. Aquella misma noche, Janis Joplin quedó atrapada por una sobredosis de heroína en la habitación del Landmark Motor Hotel donde se alojaba, incorporándose así al malogrado y maldito Club de los 27.

El álbum se terminó como se pudo y tres meses más tarde, en enero de 1971, se editó a título póstumo. La grabación que Joplin había hecho del Mercedes Benz se incluyó como una canción cantada a capella y que termina con una espontánea carcajada de Janis Joplin precedida de un premonitorio: ‘that’s it” (esto es todo).

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