Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

MATILDA MOTHER
Pink Floyd

Nace el escritor Kenneth Grahame (1859)

Kenneth Grahame es un autor de literatura infantil conocido por su libro El viento entre los sauces. Escrito inicialmente como una recopilación de charlas dirigidas a su hijo, es una antología de cuentos protagonizados por animales humanizados que hacen una descripción idílica del mundo natural y de la sociedad de principios del S.XX. Son muchos los niños que han crecido leyendo las historias que creó Grahame sobre el sapo, el topo, la rata de agua y el tejón. Uno de ellos fue uno de los fundadores de Pink Floyd, Syd Barret. De pequeño le gustaba tanto este cuento que decidió coger el título de su tercer capítulo para dar nombre al primer disco de la banda británica.

Presentado en agosto de 1967, The Piper at the Gates of Dawn combina largas improvisaciones instrumentales con canciones más cortas y de estilo pop que llevan el sello de Barret. La mezcla de melodías infantiles, letras surrealistas y toques de psicodelia que emergía de la mente de quien fue el líder de Pink Floyd dieron fruto a una colección de temas tan brillantes como Astronomy Domine Lucifer Sam, The Scarecrow o Matilda Mother. Precisamente en este último Barret se pone en la piel de un niño que le pide a su madre que le cuente una historia. «Oh mother, tell me more”'(oh madre, cuéntame más) canta entre versos. Las expresiones y el vocabulario que utiliza a lo largo de tema, mecidos entre acordes poco habituales, transportan a un universo de cuento de hadas, a pesar de que los argumentos que se describen aparecen alterados por la imaginación desbordante del músico.

Un año después de la edición de este primer álbum, la enfermedad mental que padecía Barret combinada fatalmente con el abuso de las drogas, hizo que tuviera que dejar la banda y empezara una breve carrera en solitario, que abandonaría también al cabo de poco tiempo. Apartado del mundo del espectáculo el resto de su vida, murió en 2006 como consecuencia de la diabetes crónica que padecía y un posterior cáncer de páncreas. A pesar de su corta trayectoria, Syd Barret está considerado como uno de los músicos más influyentes del S.XX y el alma mater de Pink Floyd.

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