Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

JE T’AIME… MOI NON PLUS
Serge Gainsbourg & Jane Birkin

Salvador Dalí muere a causa de una parada cardiorrespiratoria (1989)

«Picasso es español, yo también. Picasso es un genio, yo también. Picasso es comunista, yo tampoco». Con esta frase pronunciada en el Teatro María Guerrero de Madrid en 1951, Salvador Dalí abría la polémica sobre el posicionamiento político de los dos artistas en la España del franquismo. Se habían conocido en París después de la guerra. Pero así como Dalí, que nunca había escondido sus simpatías por el dictador, volvió a casa en 1948, Picasso siguió exiliado en Francia. El comentario del pintor catalán tuvo un gran eco y, diecisiete años más tarde, el autor francés Serge Gainsbourg cogió su expresión final ‘moi non plus’ (yo tampoco) para el título de lo que sería su gran éxito musical: ‘Je t ‘aime … moi non plus’.

Dalí y Gainsbourg coincidieron varias veces en la vida parisina. Sus afinidades artísticas y personales hacían que frecuentaran los mismos ambientes y no era raro que se encontraran cualquier noche en el hotel Meurice, en el restaurante Maxim’s o en el Club Elysée Matignon. Gainsbourg admiraba mucho el trabajo de Dalí y quizás por eso decidió hacerle un pequeño homenaje poniendo como añadido al título de su célebre ‘Je t’aime’ la frase que el artista ampurdanés había dedicado al pintor malagueño.

Gainsbourg escribió ‘Je t’aime… moi non plus’ en 1968 para Brigitte Bardot, que en aquella época era su amante. Inspirándose en la música de ‘A Whiter Shade of Pale‘ de Procol Harum, propuso a la actriz una interpretación que más que una canción era la grabación de un episodio sexual. Cuando el marido de Bardot, el fotógrafo Gunter Sachs escuchó el resultado, le pidió por favor que no la publicara. Gainsbourg aceptó, pero cuando unos meses más tarde empezó a salir con la joven actriz inglesa Jane Birkin le propuso repetir la experiencia para volver a poner voz al tema. Esta vez la grabación sí se editó y la interpretación entre gemidos y susurros de Birkin la convirtieron en la canción que aún hoy ostenta el récord de ser la más censurada de la historia.

WE SHALL OVERCOME Previous Post
A GROOVY KIND OF LOVE Next Post