Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

AMAZING GRACE
Mahalia Jackson

Muere el autor inglés John Newton (1807)

Amazing Grace es uno de los himnos religiosos más relevante de todos los tiempos. Es una canción con la que se invoca a la esperanza en los peores momentos que puede vivir un ser humano, como es afrontar la muerte de los seres queridos. Y es un tema con una significación especial para la comunidad negra de Estados Unidos, ya que expresa también la superación de todos los agravios sufridos a lo largo de su historia y que ha sido cantado por varios artistas. El origen de la pieza sin embargo no tiene nada que ver con su status actual. Y lo que es más curioso todavía es que  fue escrita por John Newton, un autor inglés blanco que había sido traficante de esclavos.

Newton había nacido en 1725 en una familia acomodada de Londres y desde pequeño su vida transcurrió en el mar. Su padre era capitán de la marina mercante y el pequeño John con 11 años comenzó a acompañarlo en sus viajes. El objetivo paterno era que hiciera carrera militar en la Royal Navy, pero su rebeldía innata y la conducta caótica que tenía acabó llevándolo hacia otro rumbo: el de la flota civil dedicada a comprar esclavos en África y llevarlos a los Estados Unidos. 

En esos años de juventud, Newton destacó por los abusos y el maltrato que inflingía tanto a sus compañeros como a los esclavos con los que comerciaba. Pero su existencia dio un vuelco el día que en uno de sus viajes le sorprendió una tormenta que hizo naufragar el barco en el que viajaba. Newton despertó a medianoche a la deriva y, en medio de la desesperación, no vio otra salida que encomendarse a Dios. Milagrosamente pudo salvarse y desde ese momento, en agradecimiento a lo que consideró una intervención divina, reorientó su vida. Dejó el juego, la bebida y la blasfemia y, poco a poco, fue compadeciéndose de las personas con las que comerciaba hasta que terminó retirándose del negocio de esclavos y convirtiéndose en pastor protestante.

Durante un tiempo se recluyó en sí mismo y se dedicó a reflexionar sobre su vida anterior, unas disquisiciones que recogió en el folleto Pensamientos sobre la trata de esclavos, en el que describía las terribles condiciones de los barcos negreros. Fue su manera de pedir perdón por todos los errores de juventud y de poner el foco en esta indigna actividad comercial que desde ese momento se dedicó a combatir. En aquella época escribió también varios cánticos de componente religiosa y que publicó en un volumen titulado Olney Hymns. Las composiciones de esta obra se hicieron bastante populares tanto en las congregaciones religiosas de Inglaterra como de Estados Unidos, pero de todas ellas la que más arraigó fue Amazing Grace.

Es difícil saber cómo sonaba el tema en aquella época, ya que el cancionero de Newton no incluía las partituras de los himnos que presentaba y esto hacía que la melodía variara según las localizaciones geográficas. El tema se fue extendiendo en diferentes adaptaciones melódicas hasta que a principios del S.XIX alguien decidió acoplar la letra compuesta por Newton en Amazing Grace a la música de otra canción, un tema de origen escocés titulado New Britain. Al poco tiempo, el musicólogo americano William Walker recogió esta combinación en una recopilación de canciones que publicó en 1835 y que se hizo muy popular durante la segunda mitad del siglo. La obra de Walker fue pues la que fijó la letra y la música de la versión de Amazing Grace que ha llegado hasta nuestros días.

La primera grabación de la que se tiene constancia es la que realizó el grupo coral Sacred Harp en 1922, pero quien marcó un antes y un después en la historia de este tema fue Mahalia Jackson en 1947. Conocida como La reina del góspel, esta cantante de Nueva Orleans fue quien, poniendo sentimiento a cada verso, le dió el tono que ha influido en todas las versiones que se han hecho posteriormente. El éxito del single de Jackson estableció Amazing Grace como un referente discográfico y radiofónico que poco a poco salió también de las iglesias y que en los años sesenta, interpretado por todo tipo de artistas, terminó convirtiéndose en uno de los himnos del movimiento de los Derechos Civiles.

Entrada la década de los setenta, Amazing Grace se convirtió en una de las canciones imprescindibles del repertorio de Aretha Franklin, quien la cantaría hasta el final de sus días en diferentes actuaciones. Desde entonces, artistas como Sam Cooke, Johnny Cash, Elvis Presley, o The Lemonheads han grabado sus particulares versiones. Incluso el presidente Barack Obama durante su segundo mandato entonó la canción. Lo hizo en el funeral por las víctimas del atentado racista perpetrado en una iglesia de Charleston en el que murieron 9 personas, entre las que se encontraba el senador demócrata Clementa Carlos Pinckney. El gesto de Obama y la reacción de todos los asistentes es uno de los mejores ejemplos de todo lo que significa Amazing Grace.

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