Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

WILD IS THE WIND
David Bowie

Muere el dictador Franscisco Franco (1975)

En abril de 1975 los fans de David Bowie estaban deshechos por el anuncio que había hecho el músico británico sobre su retirada de los escenarios. Su ritmo compositivo era frenético y después de haber editado nueve álbumes en apenas ocho años y haberse puesto en la piel de dos alter ego (Ziggy Stardust y Alladin Sane), consideraba que había llegado a un punto muerto de su carrera y no quería acabar siendo «otro maldito cantante de rock». Los siguientes meses Bowie desapareció de la escena musical. Pero en vez de hacer el parón que había anunciado, estuvo trabajando en nuevos temas y en noviembre de ese mismo año organizó una aparición en el programa de la BBC que dirigía Russell Harty para explicar este cambio de parecer. En esa época el cantante se había instalado en Estados Unidos, por lo cual la entrevista, prevista para finales de ese mismo mes, se haría vía satélite entre Los Angeles y Londres.

El 20 de noviembre, tal y como estaba previsto, el periodista británico conectó con el músico y comenzó el intercambio de preguntas. Todo iba sobre ruedas y la conversación entre ambos se fue desarrollando según lo marcaba el guión. Bowie confirmó su retorno e incluso anunció el lanzamiento de Station to Stations, el nuevo disco que estaba a punto de publicar y que daría paso a una gira mundial. Pero en un momento de la emisión, los responsables de la cadena británica recibieron una llamada avisándoles de que el gobierno español solicitaba urgentemente poder hacer uso del satélite. Acababa de morir el dictador Francisco Franco y necesitaban comunicar internacionalmente la noticia, así como hacer la retransmisión del traspaso de poder al Rey Juan Carlos, a quien el mismo Caudillo había designado como su sucesor. Bowie era quien había pagado para hacer uso de la señal aquella noche, así que en la pausa publicitaria le trasladaron la petición que llegaba de Madrid. El músico se lo pensó durante unos segundos y, quizá como venganza por la censura que el dictador había impuesto sobre algunos de sus trabajos, finalmente les contestó que no les cedería la conexión, provocando así el retraso de la noticia del final del régimen franquista fuera de las fronteras españolas.

Dos meses después de aquella negativa, salía al mercado el álbum que David Bowie había avanzado en aquella entrevista y con él el músico presentaba su nuevo personaje: The Thin White Duke. Station to Station es uno de los trabajos más valorados de la trayectoria de Bowie y el que marca su transición hacia sonidos influenciados por bandas electrónicas alemanas como Kraftwerk y Neu!. Es un disco que sólo incluye seis temas y que el músico decidió cerrar con una particular versión de Wild is The Wind, de una balada popularizada por Nina Simone en 1966, y que Bowie quiso grabar después de conocer a la cantante y pianista en 1975. Bowie era un gran admirador de Simone y en el momento de presentar el disco explicó que había hecho esa grabación como un homenaje particular a la cantante.

Compuesta en 1958 para la banda sonora de la película homónima dirigida por George Cukor, Wild is the Wind fue grabada inicialmente por John Mathis, un cantante de moda de la época que consiguió que el tema fuera uno de los nominados a los Oscar de aquel año. Una década más tarde, Nina Simone cogió aquella pieza de apenas dos minutos y medio y la convirtió en un tema de siete minutos en el que su voz y el sonido del piano se funden en largas frases de una profundidad extrema. Bowie incorporó guitarras ecualizadas, batería y bajo a la base de la pieza, dándole así una dimensión totalmente nueva al tema pero manteniendo, eso sí, la emotividad con la que Simone la había impregnado. Con el tiempo, esta versión ha sido a menudo elogiada como una de las mejores interpretaciones vocales de la carrera del músico británico.

A esta grabación de Wild is the Wind que Bowie incluyó a Station to Stations le siguieron muchas otras de artistas tan diversos como Barbra Streisand o George Michael, sin que ninguna de ellas tuviera el eco de las de Nina Simone y David Bowie. Y más recientemente, en 2008, el cineasta británico Sam Mendes recuperaría la versión de 1966 de Simone para poner música al trailer de Revolutionary Road, una cinta que relata la historia de una pareja que ve cómo sus ilusiones se van difuminando con el paso del tiempo y la monotonía de sus vidas. La selección de poco menos de un minuto y medio que hizo el cineasta del Wild is the Wind de la cantante americana dio a esta breve pieza introductoria del film protagonizado por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet la intensidad que el director quería transmitir.

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