JOSELITO
Kiko Veneno
Conil de la Frontera (Cádiz) celebra la fiesta de su patrona
Cada 8 de septiembre, la localidad andaluza de Conil de la Frontera se viste de gala para celebrar la fiesta de su patrona. Este pintoresco pueblo blanco de pescadores situado a 40 kilómetros de Cádiz es una de las muchas poblaciones españolas que venera la Virgen de las Virtudes en esa fecha. La celebración de esta fiesta es tan popular que se incluye en la lista de reclamos turísticos de este enclave de la Costa de la Luz, y que cuenta con algunas de las mejores playas de la zona. Cerca de una de estas calas de arena fina bañadas por las aguas del Atlántico decidió retirarse un tiempo a principios de los ochenta Kiko Veneno mientras hacía un alto en su carrera musical.
José Mª López Sanfeliu nació en Figueres en 1952 y con tan sólo tres años se mudó con su familia a Sevilla. Después de viajar por Estados Unidos y Europa, donde paradójicamente redescubrió el flamenco, decidió probar suerte en el mundo artístico. Lo hizo ya como Kiko Veneno y de la mano de los hermanos Rafael y Raimundo Amador, con quienes publicó en 1977 su primer disco, un trabajo que en ese momento no tuvo mucha repercusión pero que con el tiempo acabó considerándose un disco fundamental de la música española. Después de este primer trabajo y a lo largo de toda la década de los ochenta publicó cuatro discos más, los dos últimos ya en solitario, sin que ninguno de ellos lograra el éxito esperado. En 1992 su suerte cambió. Firmó con BMG-Ariola y con el apoyo de la discográfica y de Santiago Auserón, logró su primer gran éxito comercial con el álbum Échate un cantecito. Uno de los temas más populares de aquel disco es Joselito.
Son muchos los que creen que esta canción está dedicada a aquel niño prodigio del mismo nombre que en los años cincuenta se hizo famoso en España y que todo el mundo conocía como ‘El niño ruiseñor’ o ‘El niño de la voz de oro’. Es evidente que en esta canción el músico hace referencia a su figura en alguno de los versos del tema, pero el protagonista real del Joselito de Kiko Veneno no es éste, sino José Marín Rodríguez, un jornalero que conoció en El Adán, el bar que montó el músico a principios de los ochenta en Conil de la Frontera. El local estaba situado en la calle Peñón, en el centro neurálgico de la fiesta nocturna del pueblo y Joselito, que es como todo el mundo conocía a este marinero, era uno sus clientes más habituales.
Kiko Veneno quedó fascinado por aquel personaje que casi pasaba más tiempo en el bar que en el mar. Su curiosa manera de hablar, utilizando frases como «el ambiente en tecnicolor» o «siete novias tuve, más novias que un moro», le llamaban tanto la atención que anotaba todas estas expresiones sin saber que años más tarde las recuperaría para una canción. Quienes lo conocieron explican también que Joselito tenía una voz privilegiada y que era muy habitual verlo arrancar a cantar en cualquier momento, así que al músico la referencia al otro Joselito («el de la voz de oro»), le fue como anillo al dedo a la hora de escribir la letra del tema.
Cuando en octubre de 1992 se publicó Joselito, Kiko Veneno ya se había ido de Conil. Cuentan que al protagonista del tema le hizo ilusión quedar inmortalizado en una canción, pero que le supo mal que se enterara por la radio y que el músico no hubiera tenido el detalle de habérselo contado en persona o de al menos mandarle un disco. Sin embargo, sus familiares explican que se sintió muy satisfecho de haberse convertido en el protagonista de un tema musical. Su sobrina, que lo cuidó durante los últimos días de su vida mientras luchaba contra un cáncer de garganta, explicó que le cantaban Joselito en la habitación del hospital y que a él le brillaban los ojos cada vez que las escuchaba. En 2008, recién cumplidos los setenta, José Marín Rodríguez finalmente perdió la voz y la vida, y aquella melodía perduró en el recuerdo para todos aquellos que conocieron a aquel marinero de Conil de la Frontera.