FOLSOM PRISON BLUES
Johnny Cash
Nace el director de cine Crane Wilbur (1886)
En las décadas de los cuarenta y cincuenta proliferaron las producciones de Hollywood sobre la brutalidad de los sistemas penitenciarios estadounidenses. Eran películas con guiones ambientados en el mundo carcelario, que presentaban una realidad desconocida para la mayoría de los ciudadanos y que, a parte de su objetivo de entretenimiento, a menudo aportaban también una invitación a la reflexión sobre aquella situación. Uno de estos títulos fue Inside The Walls of Folsom Prison, una cinta del director estadounidense Crane Wilbur en 1951 ambientada en la prisión estatal californiana de Folsom durante los años veinte y en la cual se abordaban los métodos violentos y tortuosos a que eran sometidos los reclusos.
Cuando se estrenó la película el cantante de country Johnny Cash se encontraba en la República Federal Alemana sirviendo a las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos como oficial de comunicaciones con la tarea de interceptar los mensajes en morse de los soviéticos. Fue allí, en un cine de la ciudad bávara de Landsberg donde vio el largometraje, quedando impresionado por aquella historia protagonizada por Steve Cochran y David Brian. Las escenas de Inside The Walls of Folsom Prison quedaron grabadas en la mente de aquel joven soldado que empezaba a componer con la guitarra y acabaron inspirándole una de las canciones de su álbum de debut Johnny Cash with his hot and blue guitar: Folsom Prison Blues. Años más tarde, Cash recordaría que la violencia que había visto en aquella cinta le creó la necesidad de expresar lo que pensaba que era vivir en una prisión, pero que nunca se hubiera pensado que, a partir de aquella canción, establecería una relación tan especial con el centro penitenciario que la inspiró.
Inaugurada en verano de 1880 la prisión estatal de Folsom es la segunda más antigua de California y uno de los primeros centros carcelarios de máxima seguridad del país. Tomando como referencia la película de Wilbur, Cash compuso el tema relatando la historia ficticia del encarcelamiento de un delincuente y lo presentó en diciembre de 1955. Folsom Prison Blues tuvo muy buena acogida y en pocas semanas llegó al top 5 de las listas americanas. El éxito de la canción contribuyó enormemente al conocimiento de este músico, que en los años siguientes se ganó el apodo de el rey de la música country, convertido en un auténtico icono de este género.
Pero la historia de Johnny Cash con la prisión de Folsom fue mucho más allá de la canción que le dedicó. Criado en una familia que sufrió penurias económicas durante la Gran Depresión de los años treinta, este músico de Arkansas siempre se identificó con los más desfavorecidos. Se preocupaba por la gente del campo, los trabajadores industriales, los nativos americanos y las personas que vivían en situaciones complicadas. En este contexto, desde que escribió Folsom Prison Blues se interesó por la realidad que se vivía en los centros penitenciarios estadounidenses e incluso visitó un par de ellos, donde interpretó algunos de sus temas. Satisfecho con la experiencia, a mediados de los años sesenta Cash comenzó a trabajar en una idea un poco más ambiciosa que tocar cuatro canciones con su guitarra: grabar un concierto en vivo dentro de Folsom.
De entrada, el proyecto no entusiasmó a los responsables de su discográfica, pero finalmente cedieron a la insistencia del músico y el 13 de enero de 1968, Johnny Cash ofreció dos conciertos para los reclusos de Folsom en un escenario improvisado habilitado en el comedor de la prisión. Acompañado de su banda The Tennessee Three, el músico Carl Perkins y su inseparable esposa, June Carter, Cash tocó una veintena de canciones en cada función, de las cuales se eligieron quince de la primera y dos de la segunda para editar el álbum que se tituló At Folsom Prison. Una de estas piezas es Greystone Chapel, un tema escrito por uno de los reclusos de Folsom llamado Glen Sherley. La noche antes del concierto el cura de la prisión hizo llegar a Cash esta composición y el músico decidió incluirla en el repertorio.
El disco que recogía aquel concierto carcelario salió al mercado en mayo de 1968 y tanto el álbum como la canción que inspira el nombre llegaron al número uno de las listas americanas de country de ese año. Un cuarto de siglo más tarde, At Folsom Prison fue escogido como uno de los 50 trabajos discográficos que se incorporarían al registro nacional de la librería del congreso de Estados Unidos, reconociendo así no sólo su calidad musical sino también la dimensión social que tuvo este concierto.