Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

DON’T CRY FOR ME ARGENTINA
Madonna

Eva Perón visita España en viaje oficial (1947)

El 8 de junio de 1947, en plena dictadura franquista, las calles de Madrid se llenaron de ciudadanos que salían a recibir el coche que trasladaba Eva Duarte Perón desde el aeropuerto de Barajas hasta el Palacio del Pardo. Evita, que era como se conocía popularmente a la primera dama argentina, había llegado a la capital española en viaje oficial en uno de los momentos más duros del régimen franquista. La autarquía que vivía el país golpeado aún por los efectos de la posguerra, hacía que el hambre fuera todavía un problema grave entre la población. Y en este contexto tan gris, la visita de la mujer del presidente argentino se vivió como una brizna de luz y esperanza, tanto por la belleza y la simpatía personal que emanaba, como por el importante cargamento de carne, cereales y legumbres que la acompañaba y que era fruto de la colaboración económica a que habían llegado Argentina y España. Políticamente, el acuerdo tenía diferentes lecturas a los ojos de la comunidad internacional y quizá por eso Juan Domingo Perón pensó que enviar su carismática esposa como embajadora era la mejor estrategia que podía seguir en esta delicada misión de establecer una alianza comercial con una dictadura heredera directa del fascismo.

A parte de las recepciones y los actos oficiales con los que la tuvieron ocupada durante su visita, Evita quiso visitar los barrios más humildes y se interesó por la situación de las familias más necesitadas. Con su gran capacidad discursiva y la gran dosis de humanidad que la caracterizaba, no se arrugó a la hora de abordar temas delicados para el régimen franquista como la denuncia de las desigualdades sociales o de la situación de la mujer en las clases populares. Esta actitud, por un lado incomodaba enormemente a Franco que como anfitrión tuvo que tragarse que su invitada, con ideas demasiado de izquierdas y además mujer, ejerciera un magnetismo tan grande entre las masas. Y por otro, indignaba a los españoles que se habían exiliado en Argentina durante la guerra y que veían como con aquella visita intentaba blanquear el régimen franquista.

A pesar del resplandor que emanó durante los seis días que duró su visita a España, Evita hacía ya algunos meses que había empezado a sufrir los primeros efectos del cáncer de cuello uterino que cinco años más tarde acabaría con su vida. Se desmayaba a menudo y estaba empezando a perder peso, pero con la fuerza emocional que la caracterizaba se negaba a detener su agenda de compromisos y continuaba dedicando todo el tiempo que podía a tratar de ayudar a los más desfavorecidos. Y así lo intentó hacer hasta sus últimos días, cuando el 26 de julio de 1952, después de una intensa lucha contra la enfermedad, murió en Buenos Aires con sólo 33 años.

Su encanto natural y su carisma político convirtió su figura en todo un icono y en inspiración de gran cantidad de obras artísticas, tanto en Argentina como en todo el mundo. Una de las más famosas es el musical que Andrew Lloyd Webber y Tim Rice le dedicaron en 1975 y que en 1996 Alan Parker convertiría en la exitosa versión cinematográfica de Evita protagonizada por Madonna. Esta adaptación ganó importantes premios internacionales y consagró a la cantante estadounidense como una artista fiable y versátil, que con su extraordinaria interpretación rebatió todas las críticas que había levantado su elección para el papel.

Madonna había manifestado en varias ocasiones la ilusión que le haría poder hacer algún dar vida a Eva Perón, así que cuando se enteró que Parker tenía intención de llevar al cine el musical no dudó en escribirle una carta para pedirle el papel. La cantante ya había pedido antes ayuda a los compositores de Evita para tratar de contar con su visto bueno. Y a pesar de las reticencias iniciales que había sobre si podría desarrollarse bien en el registro casi operístico en que estaban compuestas las canciones, finalmente decidieron confiar en ella. Madonna se sometió a un intenso entrenamiento vocal durante meses que la ayudó a cantar en un registro más alto de su habitual y que no había usado hasta ese momento. Y el resultado de todo ese trabajo se pudo apreciar en la interpretación que hizo de todos los temas y que obtuvo el reconocimiento unánime de la crítica por este trabajo.

De entre todas las piezas que Madonna cantó en la película, sin duda la más conocida es sin duda Don’t Cry For Me Argentina. Tema icónico tanto del musical como de la película, representa un emotivo discurso de Evita en el balcón de la Casa Rosada la noche que Perón ganó las elecciones presidenciales de 1946. Aquella noche, ante una multitud entregada a su figura, Eva Perón se convertía en la primera dama de Argentina y cincuenta años más tarde en una fiel reproducción de aquella escena, Madonna reivindicaba su excelencia artística al tiempo que cumplía uno de sus sueños.

IN THE MOOD Previous Post
JOHNNY B. GOODE Next Post