BEDS ARE BURNING
Midnight Oil
John Howard acaba su mandato como Primer Ministro de Australia (2007)
Cuando los ingleses llegaron a Australia, a finales del S. XVIII, se estima que en el continente había entre 300.000 y 750.000 aborígenes repartidos en unas 250 naciones concentradas en el sur y el este del país. Los diferentes grupos de población que habitaban la zona eran cazadores-recolectores que vivían en grupos que se desplazaban cubriendo grandes distancias del territorio y que transmitían su conocimiento de forma oral, a través de relatos y canciones. Con la llegada de los europeos y su rápido avance en la conquista de la isla, estas comunidades vieron amenazada su supervivencia y la conservación de sus recursos vitales. Como eran nómadas y no conocían el concepto de posesión de la tierra, los colonos se creyeron con el derecho de expulsarlos de sus asentamientos. Pero la cultura aborigen estaba intrínsecamente ligada al entorno donde vivían y al tener que abandonarlo no pudieron mantener las prácticas sociales y espirituales que aseguraban la cohesión de sus clanes y las relaciones entre los diferentes grupos.
A lo largo de todo el S.XIX la colonización fue arrinconando y mermando la población autóctona y a principios de la década de 1920 se calcula que los aborígenes australianos eran tan solo entre 50.000 y 90.000. La mayoría vivían en reservas y zonas controladas donde sus desplazamientos estaban limitados por ley. Pero aún había comunidades que seguían aisladas en regiones remotas y que intentaban sobrevivir manteniendo su forma de vida tradicional. Uno de estos colectivos fue el de los Pintupi, un grupo cultural del Desierto Occidental y que tradicionalmente había ocupado el área situada al oeste del lago Macdonald y el lago Mackay, en Australia Occidental. Desde los años cuarenta hasta los ochenta, los Pintupi fueron presionados para que se fueran trasladando paulatinamente al Territorio del Norte. Y este arrinconamiento se completó en 1984 cuando los últimos nueve miembros de esta comunidad fueron obligados a abandonar su estilo de vida.
El traslado de los integrantes de esta tribu, conocida como ‘Pintupi Nine’ captó la atención de los grupos de defensa de los aborígenes y provocó diferentes movilizaciones. En este contexto, la banda australiana Midnight Oil, muy significada en el ámbito del activismo social, les dedicó en 1987 el que sin duda ha sido su éxito más destacado: Beds Are Burning. Fue el primer single de su álbum Diesel and Dust y con él la formación liderada por Peter Garret quiso poner la atención en el trato injusto que se había dado a esta comunidad al echarla de su hábitat natural y, por extensión, a todas las comunidades indígenas del país.
Musicalmente, Beds Are Burning tuvo una excelente acogida no sólo en Australia, sino también en Estados Unidos y en diferentes países europeos, donde consiguió entrar en la mayoría de listas y en posiciones muy destacadas. Por eso no es de extrañar que cuando el año 2000 Sidney se convirtió en la sede de los Juegos Olímpicos, el comité organizador pidiera a Midnight Oil que tocara esta canción en la ceremonia de clausura. La actuación se programó justo antes de la intervención del entonces primer ministro John Howard y que unos meses antes se había negado a participar en el ‘Día Nacional del Perdón’, un evento anual instaurado en 1998 para recordar el maltrato a los aborígenes australianos y pedirles disculpas en un gesto de reconciliación simbólica. La banda no quiso desaprovechar aquella ocasión para manifestar su desacuerdo con la posición del gobierno en este asunto y, ante los cientos de millones de personas que seguían el acto por televisión, todos sus miembros aparecieron en el escenario para tocar Beds are Burning vestidos de negro con la palabra «sorry» (lo siento) estampada en grandes letras blancas sobre toda su ropa.
Dos años después de aquella actuación Peter Garret dejó la banda para dedicarse a la política, donde durante unos años ocupó diversos cargos federales en representación del Partido Laborista Australiano. Y en las elecciones de 2007, cuando el nuevo Primer Ministro Kevin Rudd sustituyó a John Howard al frente del país, Garret fue nombrado Ministro de Medio Ambiente, Cultura y Artes. Desde esta posición, continuó defendiendo su compromiso con las causas con las que se había comprometido durante su etapa como músico. La banda que lideró durante treinta años había tomado el nombre de la expresión «smells of the midnight oil» y que hace referencia a la poesía cargada mensajes con alusiones literarias y vocabulario metafórico. Y ahora, desde su escaño en el parlamento australiano, trata de convertir todos aquellos pensamientos que plasmaba en sus canciones en políticas que permitan llevarlos a cabo.