Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

WATERLOO
ABBA

Napoleón Bonaparte se corona como Emperador de Francia (1804)

El 2 de diciembre de 1804, en un acto oficiado en la catedral de Notre Dame, Napoleón Bonaparte se autoproclamaba emperador de Francia. Se iniciaba así el Primer Imperio Francés, un período histórico que duró toda una década y que estuvo marcado por los enfrentamientos bélicos que el país mantuvo con la mayoría de las naciones europeas. La desmesurada expansión que las tropas francesas quisieron llevar a cabo y con la que se consiguió extender los límites del dominio napoleónico hasta las puertas de Moscú, generó tal desgaste político y militar que acabó precipitando la caída del imperio en marzo de 1814.Napoleón fue desterrado a la isla de Elba pero diez meses más tarde consiguió escapar y reorganizara sus hombres para tratar de recuperar su posición en un breve episodio de gobierno y que duró apenas un centenar de días. Este intento de restauración del Imperio Francés terminó en junio de 1815 cuando las tropas angloprusianas comandadas por el Duque de Wellington derrotaron el ejército napoleónico en una llanura cercana a la ciudad de Bruselas.

El fracaso de Waterloo acabó con las aspiraciones de Napoleón de retomar su sueño imperial. Y con el tiempo esta batalla se ha convertido en todo un símbolo de todo lo que supone una derrota definitiva. Precisamente este sentido figurado aplicado a una rendición amorosa es el que un siglo y medio más tarde recogió ABBA en Waterloo. La canción utiliza este episodio militar como metáfora de una mujer que, a pesar de intentar evitarlo, cae rendida ante un hombre. Pero si bien la letra relata la historia de una derrota emocional, lo que supuso Waterloo para este cuarteto sueco fue una gran victoria. Se habían formado en Estocolmo en 1972 y cansados ​​de nombres impronunciables habían decidido bautizar su banda con el acrónimo de las primeras letras del nombre de cada uno de sus integrantes: Agnetha, Björn, Benny, Anni-Frid. Al inicio no se los tomaron muy en serio, ya que éste era el nombre de una conocida marca de mariscos del país, pero ellos apostaron por la sencillez de esta fórmula y así fue como se presentaron al Festival de la canción de Eurovisión en 1974.

Aquel año el certamen se celebraba en el Domo de Brighton, en el Reino Unido y los miembros de ABBA acudieron decididos a que aquella fuera la plataforma que les diera la visibilidad internacional que buscaban. Y lo hicieron con Waterloo, la canción con la que un par de meses antes habían ganado el Melodifestivalen, el concurso que servía para elegir el representante sueco en Eurovisión, y que ya había llegado a las primeras posiciones de las listas musicales suecas. Salieron al escenario con trajes vistosos y con el director de orquesta disfrazado de Napoleón. Y aunque en aquella ocasión la interpretación vocal de los cuatro miembros de ABBA no fue la mejor, la actuación en su conjunto rompió los estereotipos del festival y se llevó la máxima puntuación. Era la primera victoria del país escandinavo en Eurovisión y rápidamente se convirtió en el primer éxito internacional de la banda. El éxito de Waterloo les dió la oportunidad de pasearse por los platós de todas las televisiones europeas presentando el tema, que rápidamente fue entrando y escalando puestos en rankings musicales de diferentes países.

Curiosamente, aunque el estribillo de la canción repite constantemente el nombre de la batalla que supuso el fin del Imperio Napoleónico, Waterloo fue todo un éxito también en Francia, donde no sólo se mantuvo durante 12 semanas en las listas de referencia de este país, sino que llegó a situarse en el tercer lugar. En Bélgica, donde actualmente pertenece la localización que da nombre al tema, llegó rápidamente al número uno, de donde ningún otro tema fue capaz de desbancarlo durante cinco semanas.

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