Una efeméride. Una canción. Y la historia que las conecta. Cada día. Desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre.

APACHE
The Shadows

Se detona una bomba atómica en el atolón de Bikini (1966)

En 1946 Estados Unidos pidieron a los 167 habitantes del atolón Bikini de las Islas Marshall que se fueran de su casa «por el bien de la humanidad y el fin de todas las guerras». El gobierno de Harry S. Truman activaba así su programa de pruebas nucleares que, desde entonces hasta 1958 llevó a cabo un total de 67 detonaciones concentradas en este rincón del Pacífico. Como parte de esta estrategia, entre mayo y julio de 1966 se llevó a cabo la operación Redwing, un total de 17 lanzamientos que tenían el objetivo de probar una nueva generación de dispositivos termonucleares. Las detonaciones se concentraron entre los atolones de Enewetak y Bikini todas las bombas se bautizaron con nombres de tribus americanas. En el marco de esta operación, el 8 de julio se explotó la que recibió el nombre de Apache.

Gracias a su presencia en muchas de las películas de la época dorada de los westerns, los apache fueron una de las naciones indígenas más populares durante la década de los cincuenta y sesenta. Y como homenaje a toda aquella generación que había crecido disfrutando en el cine de las historias de indios y vaqueros surgidas de los estudios de Hollywood, en 1960 The Shadows lanzaron lo que se convertiría en su tema más famoso: un tema instrumental titulado precisamente Apache, en honor al film de este mismo nombre dirigido en 1954 por Robert Aldrich y protagonizado por Burt Lancaster.

Formada en Londres como la banda de Cliff Richards, The Shadows fue una de las principales referencias musicales británicas de los años previos a la llegada de los Beatles y en su trayectoria musical se cuentan más de treinta álbumes. Con una imagen muy cuidada y una coreografía ensayada, la puesta en escena de The Shadows fue muy imitada por los grupos que empezaban a surgir en aquellos primeros años de la década de los sesenta. Apache fue su primer sencillo y, a pesar de ser un tema instrumental, marcó el sonido de toda una época. Su sonido de guitarra metálico y con una clara reminiscencia de western es reconocible desde los primeros acordes de la canción, y rápidamente se convirtió en la seña de identidad de lo que se llamó ‘sonido Apache’. Se hizo tan popular que incluso el cuarteto de Liverpool la tocaba en sus inicios cuando, en los conciertos que hacían en pequeños bares, necesitaban alargar el repertorio.

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