MY SWEET LORD
George Harrison
Nace Chaitania, fundador del krisnaismo bengalí (1486)
En noviembre de 1970, tan sólo siete meses después de la separación de The Beatles, George Harrison estrenaba su carrera en solitario. Lo hacía con All Things Must Pass, un álbum que incluía 3 vinilos (dos con material original y un tercero con improvisaciones) y con un título que evidenciaba la intención del músico de pasar página y empezar una nueva etapa. Este trabajo supuso la revelación de Harrison como compositor, así como la consolidación del trasfondo espiritual del músico y del que se impregnaría toda su carrera posterior.
My Sweet Lord fue el primer single de este álbum de debut de Harrison como solista y uno de los que más impregnado estaba de esta carga mística y devota. Harrison hacía tiempo que estaba fascinado por el hinduismo. Y su estancia en la India con el maestro Maharishi Mahesh Yogi había sido definitiva en su acercamiento a esta religión, y más concretamente, al khrisnaismo.
Harrison compuso la canción como una alabanza al Dios Khrisna, expresando su deseo de establecer una relación directa con esta divinidad. Pero la sencillez de los versos que escribió y el hecho de que introdujera también referencias al ‘Hallelujah’ judío, acabaron convirtiendo el tema en una pieza con la que se identificaban todos los creyentes, independientemente de la religión que profesaran.
El tema tuvo mucho éxito en diferentes mercados y terminó siendo el sencillo más vendido del Reino Unido de 1971. Unos años más tarde Harrison, recibió una demanda de infracción de derechos de autor debido a la similitud que la canción tenía con He’s So Fine, escrita por el compositor Ronnie Mack para la banda neoyorquina The Chiffons en 1962. El ex Beatle, que se defendió de la acusación alegando que se había inspirado en el gospel anónimo Oh Happy Day, finalmente fue multado por ‘plagio inconsciente’. My Sweet Lord se convertía así en uno de los casos de criptomnesia más famosos de la historia de la música.