THE SOUND OF SILENCE
Simon & Garfunkel
Jack Ruby es sentenciado a muerte por el asesinato de Lee Harvey Oswald (1964)
El asesinato del presidente John F. Kennedy es uno de los episodios que más ha impactado a los ciudadanos norteamericanos en el último siglo. Las imágenes del tiroteo que acabó con la vida de JFK quedaron registradas por las cámaras de televisión que aquel 22 de noviembre de 1963 seguían la visita a Dallas del jefe de la Casa Blanca. Una hora más tarde, la policía arrestaba Lee Harvey Oswald como sospechoso de ser el autor de los disparos. Pero el acusado no llegó a ser juzgado, ya que dos días después, mientras era trasladado a la cárcel del condado, fue herido de muerte por un hombre que, abriéndose paso entre periodistas, fotógrafos y cámaras, le disparó en el abdomen. El autor del asesinato fue Jack Ruby, un miembro del hampa de Chicago, que el 4 de marzo de 1964 fue sentenciado a muerte por este crimen. Posteriormente, el juicio se anuló y Ruby acabó muriendo en la cárcel a la espera de un nuevo juicio y sin haber confesado por qué había quitado la vida al único sospechoso del magnicidio que conmocionó a los Estados Unidos y al mundo entero.
El impacto de los hechos ocurridos aquel mediodía de otoño en la sociedad americana fue traumático. La muerte del presidente Kennedy dejaba huérfana a toda una generación que había erigido aquel dirigente joven, heroico y carismático en un icono de la promesa desbordante de posibilidades que se abrían paso en los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XX. Este sentimiento de vacío, tristeza, desorientación e incomprensión que se apoderó de millones de americanos tras la muerte de Kennedy fue el que intentó captar Paul Simon cuando en febrero de 1964 escribió ‘The Sound of Silence’.
En aquella época, Simon acababa de reencontrarse profesionalmente con su antiguo amigo de la infancia Art Garfunkel. Habían crecido juntos en un barrio del distrito neoyorquino de Queens y en sus días de instituto ya habían formado un dúo que bautizaron como Tom & Jerry, en referencia a los personajes de los dibujos animados del mismo nombre. Cuando volvieron a reunirse en 1963, ambos estaban ya en la universidad y decidieron darse a conocer con la simple combinación de sus propios apellidos. Durante cerca de un año, como Simon & Garfunkel actuaron en clubes de música y en algún festival de folk donde los invitaron a compartir escenario con artistas de la categoría de Bob Dylan. En octubre de 1964 finalmente editaron su primer disco Wednesday Morning, 3 A.M., dentro del cual incluyeron ‘The Sound of Silence’.
Comercialmente el álbum fue un fracaso absoluto, lo que provocó la separación del grupo. Paul Simon se trasladó a Londres, donde comenzó una carrera en solitario y Art Garfunkel regresó a la facultad para continuar sus estudios de matemáticas. El verano de 1965 sin embargo pasó un hecho inesperado que marcó un punto de inflexión en la carrera de estos dos músicos. Sin motivo aparente, diferentes radios locales de Florida empezaron a recibir peticiones de oyentes para que pusieran ‘The Sound of Silence’. El tema comenzó a sonar en las emisoras de este estado y rápidamente el redescubrimiento de la canción se fue extendiendo por toda la costa este hasta llegar a Boston. Cuando los productores del disco detectaron el interés que despertaba aquella canción que un año antes había pasado totalmente desapercibida, aprovecharon para revisarla y relanzarla añadiéndole un ritmo más rápido con guitarra eléctrica, bajo y batería.
A las pocas semanas, este nuevo ‘The Sound of Silence’ entró en las listas de éxitos y llegó a situarse en la primera posición de las mismas. Inmediatamente después de conocer la noticia, Simon volvió a los Estados Unidos y propuso a Garfunkel que se volvieran a encerrar en el estudio para grabar nuevos temas juntos. Fruto de este nuevo reencuentro, en enero de 1966 el dúo editaba Sounds of Silence, un disco de 10 temas encabezados por una reedición del ‘The Sound of Silence’ original y que supuso el lanzamiento definitivo a la fama de Simon & Garfunkel y la consagración del tema como uno de los más identificativos de este dúo.
Posteriormente, la canción se ha incluido en la banda sonora de diferentes películas, entre las que destacan El Graduado, que en 1968 la utilizaría en su escena final; y Bobby, el film que en 2006 dirigió Emilio Estévez sobre las últimas horas del senador Robert F. Kennedy, uno de los hermanos pequeños del Presidente John F. Kennedy y que, como él, también murió asesinado. Con la incorporación del tema en este largometraje se cerraba el círculo: la canción inspirada en la muerte de JFK, cuarenta años más tarde ponía música al homenaje cinematográfico del asesinato de su hermano.