MY SHARONA
The Knack
Se estrena ‘Pulp Fiction’, de Quentin Tarantino (1995)
En invierno de 1979, Berton Averre i Dough Fieger estaban en plena composición de lo que sería su gran éxito con The Knack. Trabajaban sobre la base de un riff que había compuesto Averre hacía tiempo y que a Fieger le había encantado, pero no acababan de encontrar la inspiración que les ayudara a convertir aquella frase rítmica en una canción.
Pero de pronto aquella situación se desencalló. Fue cuando Fieger entró en una tienda de ropa de Los Ángeles y se fijó en la dependienta que le atendió. Era bastante más joven que él, pero se enamoró al instante. Durante días estuvo buscando cualquier excusa para entrar en aquel comercio y volver a verla. Con el tiempo supo que se llamaba Sharona Alperin y que ya tenía novio, pero ello no impidió que Fieger decidiera concentrar todos sus esfuerzos en intentar seducirla. En un primer momento no lo consiguió, pero sí que establecieron cierta relación y, de vez en cuando, ella se acercaba a los ensayos de la banda.
El músico no se quitaba de la cabeza ni a la chica ni aquel riff y pronto entendió el mensaje: tenía que unirlos en una canción. Así que una tarde The Knack se encerraron en el estudio para trabajar la estructura y la melodía de lo que sería su gran single y que no se podía llamar de ninguna otra manera que My Sharona.
La joven dependienta no tenía ni idea que el grupo hubiera compuesto una canción con su nombre pero no tardaría en descubrirlo. Un día que fue a visitarlos al local de ensayo, los músicos decidieron tocarla para ella. Sharona Alperin quedó tan impresionada que finalmente cedió al flirteo de Fieger y acabó convirtiéndose en su novia. Y cuando unos meses más tarde la banda editó el tema, incluso accedió a fotografiarse para la foto de portada sosteniendo el álbum Get The Knack en el que se había incluido la canción unos meses antes.
Quince años más tarde, Quentin Tarantino se encontraba trabajando en la banda sonora de Pulp Fiction. El director tenía pensado utilizar My Sharona para la escena en que Marsellus Wallace es vejado por dos psicópatas. Pero cuando quiso incorporarla, se encontró con que Ben Stiller también había pedido los derechos del tema para Reallity Bites. Ante la dicotomía que aquella canción acabara poniendo la música al duro y angustiante pasaje del sótano de la casa de empeños o a la alegre escena de cuatro jóvenes bailando en una gasolinera, Fieger dudó un instante. Así que Tarantino tuvo que buscar un tema sustituto. El elegido fue Comanche, una canción de The Revels que para siempre ha quedado asociada a este momento de la película.