THE THRILL IS GONE
B.B.King
Nace Ovile H. Gibson, fundador de Gibson Guitars (1856)
En invierno de 1949, cuando apenas comenzaba a hacerse un lugar en el mundo del blues, B.B. King había sido invitado a tocar en una sala de baile de Arkansas. Hacía una noche fría y para calentar el espacio, el propietario encendió un barril medio lleno con queroseno, una práctica bastante habitual en aquella época. A media actuación pero se desencadenó una pelea entre dos hombres del público y en medio del forcejeo el tonel se volcó derramando todo el combustible ardiente por el suelo. El fuego comenzó a prender en las mesas y las sillas mientras todos los que estaban dentro del local huían del incendio. Una vez fuera, King se dio cuenta de que había dejado su guitarra acústica en el escenario y sin pensarlo dos veces volvió a entrar en el edificio en llamas para rescatarla. Al día siguiente, el músico supo que los dos hombres que habían empezado la pelea discutían por una mujer llamada Lucille y King decidió que aquel sería el nombre con el que bautizaría aquella guitarra y todas las que tuviera en su vida. La mayor parte de todas aquellas Lucilles que pasarían por sus manos llevarían el mismo apellido: Gibson.
Y es que a pesar de que a lo largo de su carrera tocó con diferentes marcas, la figura de B.B.King ha quedado asociada a esta marca y especialmente al modelo SE-355, la primera guitarra eléctrica de cuerpo semi-hueca creada en 1958 por Gibson Guitar Corporation. Esta firma musical había sido fundada por Orville H. Gibson en 1902 en Kalamazoo, en el estado de Michigan y pronto se convirtió en uno de los fabricantes más reputados de guitarras y mandolinas.
Conociendo la predilección de El Rey del Blues por esta marca no es de extrañar que fuera precisamente una Gibson la guitarra con la que grabó una de sus canciones más conocidas: The Thrill Is Gone. El tema no es suyo sino de Roy Hawkins, un bluesman tejano que la registró en 1951. Desde el primer momento que la escuchó King se enamoró de aquella melodía y pronto se convirtió en una fijación. La ponía una y otra vez por antena en la radio de Memphis donde trabajaba para tratar de ganarse la vida después del fracaso estrepitoso de su primer disco.
Los responsables de discográfica de Hawkins se fijó en aquel locutor que promocionaba tan bien el tema de su artista y, al saber que también era músico, decidieron darle una oportunidad grabando con él una versión de Three O’clock Blues, una pieza que Lowell Fulson había lanzado en 1946. El tema se convirtió en el primer número uno de King y supuso el lanzamiento de su carrera. Pero él seguía obsesionado con la canción de Hawkins. Aquella melodía daba vueltas en su cabeza constantemente y al final en 1969 convenció a los directivos de BluesWay Records que apostaran por una nueva versión de The Thrill Is Gone. La grabó una y otra vez pero el resultado no le satisfacía. Hasta que una noche, el productor con quien estaba trabajando le llamó con una sugerencia: ¿y si le añadía más cuerdas? La propuesta resultó visionaria y al día siguiente B.B.King grabó el tema de doce compases en si menor que se ha convertido en todo un canon del blues.
King incluyó The Thrill Is Gone en su séptimo álbum y que tituló Completely Well. La calidad de la producción y la riqueza de los instrumentos de cuerda marcaban una clara diferencia tanto respecto el tema de Hawkins como con el material anterior del músico y rápidamente se convirtió en el mayor éxito de su carrera. La grabación le supuso ganar el Grammy a la Mejor Interpretación R&B Vocal Masculina de aquel año y que la revista Rolling Stone la situara en el lugar 183 en la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.